viernes, 9 de julio de 2010

cuando son de la calle los perros

Al menos una vez al mes pienso en todos los perros que de rescatado de morir en la calle.
Quizá el caso mas grave fue el de “Irguin Guadalupe” que llego atiborrado de sarna. Solamente mi Papá me ayudo a cuidar de el, hasta que se alivio, y madre lo regalo a un viejito que tiene un rancho a las afueras de la ciudad, basto recordar una vez que lo vi llegando a casa como se adelantaba a brir la puerta del carro en el lado donde venia su esposa y ver el amor y devoción con que la ayudaba a bajarse del carro para saber que era una exelente persona.

Recuerdo una vez que salimos de bachillerato rumbo a la casa de una amiga por una calle desolada se escuchaba el llanto de un cachorro, estaba en una caja en una propiedad valdia pero bien cercada, casi a rastras y con bastante dificultad logre sacar a la cachorrita café que se encontraba deshidratándose, le di agua y leche y no me acuerdo cuantas cosas más, era hermosa y tan pequeña, yo no me la podía quedar, porque en mi casa solo existe espacio para un perro (ecepto la vez que estuvo George y jordan juntos) el amigo al cual visitamos tenía una hermanita mucho menor que el con cierta discapacidad motriz debido a un problema congénito en las articulaciones, basto con verle la cara en el primer momento que vio a la cachorra para darme cuenta que la amo infinitamente, se la regale, y ella estuvo entusiasmada toda la tarde buscándole nombre, finalmente se le quedo “chocolata”, la choco vivió feliz por un tiempo, tubo hijo, un hogar, y más hijos. Un día murió de palvovitus ella y sus hijos de ese entonces.

Después a mi casa llego otro perro sin raza ni rasgos particulares, era un perro tan común que ni siquiera recuerdo de qué color era, pero yo lo acogí como si hubiera sido un enviado del cielo , tanto maximice su llegada que le puse como nombre “cordero de dios” y cada ves que alguien me debatía su nombre yo alegaba que el venia a “quitar el pecado del mundo”, cordero de dios fue donado a un hermano de mi padre con un rancho lejano.

A mi los ranchos lejanos de cierto modo me parecen un buen alberge para perros. Yo siempre he tenido perros, los gatos no me interesan en lo absoluto, solo una vez tuve una perra, era vulgar su aspecto, al verla uno pensaba que era descendiente directa de algún coyote desviado, o que se yo, su nombre era igual de vulgar “loba”, la loba era bonita y buena, pero al poco tiempo mis padres se hartaron de estarles cuidando el celo. Ellos decidieron regalarla a un amigo de mi padre con un rancho lejano. Pero queríamos tanto a la Loba que mi padre nos llevaba al rancho lejano a visitarla, vimos a sus hijitos cuando los tuvo. La veía feliz mente embarazada andado de un lado a otro, bien comida, y se bañaba en los canales de irrigación cuando tenía calor. Era su paraíso de madre soltera.

Retomando mis años de juventud, un noche oscura, como tantas noches en las que venía camino a casa de andar en no sé que lugares pasándola en grande, vi un pequeño bultito blanco salteando los carros para cruzar las calles. Lo perseguí y lo tome en brazos, hice lo que toda diana chan aria. Lo ame desde el primer momento y lo lleve a casa.
En casa todos parecieron amarlo sin medida, lo tomaban en brazos y le canturreaban como a un bebe, le pusieron un nombre provisional, era tan blanco y con la nariz café, regordete, paso tres semanas en casa, la situación no podía seguir así, el perro tendría que ser regalado cuando antes si no jamás tendríamos el valor de dejarlo.

Fui yo misma la que dije “yo se lo regalare a alguien” , del mismo modo, lo guarde en mi morral un día en el que mi novio de aquel entonces paso por mí, yo ya le había dicho que le tenía una sorpresa (jamás le dije que un perro) pero el cuándo nos conocimos me conto que desde hacía mucho tiempo tenía ganas de tener un perro de la calle. El se emociono mucho cuando lo vio, dijo que le pondría “diano” pero yo respingué , así que le puso “chano”, diano no está mal, alguna vez mi amiga Deya le puso a una gata “dianita chan” a mi no me pareció que una gata llevara mi nombre, pero ella estaba tan entusiasmada y feliz, recordé a la hermana de mi amigo , la dueña de la chocolate, ella pensó de muy buena manera en ponerle el nombre a la perra de una amigita suya muy querida, cuando pensé en eso, supe que Deya del mismo modo infantil con todo el cariño del mundo pensó en ponerme mi nombre a la gata, así que no le reñí mas, la gata huyo de la casa de Deya , huyo como lo hacen los gatos, sin ningún motivo, a diferencia de “diana chan” la gata , la Diana chan humana vuelve a la casa de Deya de vez en cuando a tomar café y charlar de esto o aquello.

Volviendo al perro Chano, este por el hecho de no ser gato no pudo huir, y creció, se hizo un hiperactivo, le fueron saliendo pecas conforme fue creciendo, yo me sentí una tonta al no darme cuenta desde el primer momento de que el era un perro pelirrojo, con esa piel tan blanca y esas pecas que le fueron poblando primero la cara , después todo el cuerpo. Pasado el tiempo mi relación con aquella persona termino, paso más tiempo y un día me entere que se mudaría, pasado los días le pregunte que aria con el perro, me lo explico, que se lo regalo a una amiga de el y no se que más, hasta ese momento caí en cuenta que jamás volvería a verlo (al perro)y me dio mucha tristeza , no sé cómo explicarlo pero fue amargo, le escribí una carta, yo nunca había escrito una carta para un perro, en fin, como en la misma carta decía, el es un perro con suerte de que yo lo encontrara esa noche en la que él estaba solito, seguiría teniendo suerte por siempre, de esa forma quede tranquila.

Un día yo iba por el mismo camino en el que he andado infinidad de veces (mismo en el cual una vez me asaltaron) pensado en sepa que , cuando por la calle algo transitadita veo a un labrador adulto y torpe , el más torpe del mundo para cruzar las calles, a leguas se miraba que era uno de esos perros de jardín a los cuales sus dueños les de tedio sacarlo a pasear, el perro no tenia cadena, cerca e ahí unos niños estaba jugando yo fui a preguntar si sabían de donde era el perro, todos afirmaron no saber nada, el perro me siguió, era lo mejor, era demasiado tonto, yo lo ayude a cruzar calles, caminando junto a el me di cuenta de que era adorable, le tome fotos, llegamos a la plaza donde un amigo me esperaba y me reprendió por traer al perro sin correa, pero no era mio, fuimos a la casa de un amigo que nos había invitado a cenar, el amigo es francesparlante, cuando vio al perro quedo prendado, yo le dije que el perro sabia dar la pata (le pedi que me diera la pata con anterioridad para corroborar que tenía una familia) solo que el perro, daba la pata a la segunda tercer ves que escuchaba el “dame la pata”, pero cuando mi amigo pronuncio en francés “don la patt” el perro hiso cazo al instante, fui una tonta al no darme cuanta que el perro era un francesparlante, con razon cada vez que yo le daba una orden cuando íbamos por la calle el tardaba en entenderme, supongo que se guiaba por mis gestos y su intuición, decidimos que el perro se llamaría “donlapat” , el se lo quedo el tiempo que estuvo en la ciudad, luego se lo quedo una amiga, y esta misma le encontró un buen hogar, con un patio enorme, Donlapat debe de ser feliz hablando francés por ahí.

Esa es mi historia, esa es la historia de todos los perros que sin querer el destino me los hizo topar en la calle, estuve tentada a incluir la historia del Perro pichon. Pero… estamos de acuerdo que un Perro pichon merece un capitulo aparte?

2 comentarios:

Betoman dijo...

:D

Lady Stardust dijo...

Como dirían en el Caralibro: me gusta. O me encanta. O soy fan.